Capitulo 2: Tiempo al tiempo

Peeta Mellark, su nombre me rebota por mi cabeza. ¿Por qué él? Tendré que matar a alguien al que estoy perdidamente enamorada. Noto dolor en sus ojos. Yo no intento mostrar mis sentimientos. El tendrá que matarme, yo no. No podría dejar que muriese, y menos matarlo yo. Le protegeré, lo tengo claro. El podrá hacer una vida sin mí, yo no. Subimos al tren y cuando estoy en la habitación rompo a llorar como una niña pequeña. Mis mejillas no paran de empaparse, y me repito una y otra vez, “Katniss, no llores. Si lo dejas ir estarás feliz”. Llaman a la puerta:

-Katniss, estamos llegando al Capitolio, es hora de salir. -Effie tiene ese acento del Capitolio que odio, como al mismo Capitolio. Pero mejor que me hubiera presentado yo como voluntaria, porque, ¿Quién habría protegido a aquel chico de los ojos azules? Vamos hacia el capitolio y estamos en la última planta. Salgo a cenar y veo que están ya todos allí. Noto que Peeta me mira en varios momentos. Me pongo colorada, pero lo único que pienso ahora es que está pensando como matarme. Un escalofrío recorre mi cuerpo. Ya no aguanto más, voy a echarme a llorar. Aun así me aguanto pero se me escapa una lágrima. Nadie se habrá dado cuenta.

-Me voy a mi habitación.

Peeta se ha dado cuenta ya que me sigue.

-Katniss… ¿podemos hablar?

-Sí, claro.

Entramos a mi habitación, ya que es la más cerca. Me da un poco de corte que Peeta esté en esta habitación, ¿pero que iba a pasar? ¿Me diría como me iba a matar? De repente hay un cambio de planes de lo que pensaba. Me coge la mano. Eso hace que suelte otra lágrima. El se acerca a mí y me la seca con su dedo.

-Katnis, ¿qué te pasa? Y no digas que nada, porque te estoy viendo y no estoy bien.

¿Se lo cuento o no? Esa duda está en mi cabeza. No tengo nada que perder, así que, alla vamos.

-Peeta… pase lo que pase, tienes que ganar tú estos juegos.

-Katniss, creo que será imposible.

Empiezo a llorar. No era la contestación que me temía. No puedo parar, el me abraza fuerte. No me salen las palabras, pero hago un esfuerzo.

-Peeta…-no puedo contener mis lágrimas.-Por favor haza lo que te digo.

-Pero, ¿porque Katniss?

-Porque sí Peeta, porque…noto como sus labios están sobre los míos. Es mi primer beso, y es dulce, tan dulce como él. Puede que esté jugando conmigo, pero no me importa.-Por eso mismo. ¿Por qué me has besado?

-Katniss, yo te quiero desde los cinco años.

-Entonces, ¿te quedas conmigo aquí?

-No me iría de tu lado por nada.

Se me salen las lágrimas, pero esta vez de felicidad. Hasta que un pensamiento fluye por mi cabeza.

-Solo queda uno…

-Esa será tu.

-No Peeta.

-Eso ya lo veremos preciosa.

Me muero por besar sus labios de nuevo. No paro de mirarlos. Creo que se ha dado cuenta y me mira con una sonrisa.

-Si estos son los últimos días que estamos juntos, ¿dormimos juntos?-No puedo evitar sonrojarme.

-¿Y qué haremos?

-Ya se verá Katniss.-me dice dulcemente. 

Esta noche el mismo lo ha dicho, ya se verá.